Se utiliza para contener líquido y para realizar reacciones químicas. Su forma geométrica reduce las posibles proyecciones de material al exterior, la posible pérdida de material por evaporación y la posibilidad de colocarle un tapón de vidrio esmerilado, por lo que se utiliza bastante en el laboratorio. Suele tener marcas para saber aproximadamente el volumen de líquido. Se puede calentar.